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Como Dr. Cubrías, desde mi posición como Presidente de la Sociedad Española de Salud de Precisión (SESAP) y Director Médico de Clínica Cellmedik y EECSP, me dirijo a ustedes para abordar una de las piedras angulares de la patología moderna y, a su vez, una de las mayores oportunidades para la prevención y el tratamiento efectivo: la inflamación sistémica de bajo grado (ISBG).

Es una verdad ineludible en la medicina contemporánea que la ISBG, ese «fuego lento» que se propaga silenciosamente por nuestro organismo, es el sustrato etiopatogénico común de la inmensa mayoría de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). Desde las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas hasta la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y trastornos autoinmunes, la ISBG actúa como un factor promotor y agravante en sus orígenes y progresión. Ignorarla es, sencillamente, omitir el elefante en la habitación de la salud pública.

Aquí es donde la Salud de Precisión emerge no solo como una opción, sino como una necesidad imperiosa. Ya no podemos conformarnos con tratamientos reactivos una vez que la enfermedad se ha manifestado. Debemos ser proactivos, identificando y modulando la ISBG en fases tempranas, de forma individualizada y basada en la evidencia.

Biomarcadores Clave de Inflamación Sistémica: ¿Qué Medir y Por Qué?

Para desentrañar el estado inflamatorio de un individuo, la Salud de Precisión se apoya en un panel de biomarcadores que, analizados en conjunto, ofrecen una imagen detallada de la ISBG. Los más relevantes incluyen:

  • Proteína C Reactiva de Alta Sensibilidad (PCR-hs):
    • ¿Qué es? Es el marcador más conocido y ampliamente utilizado. Un reactante de fase aguda producido por el hígado en respuesta a la inflamación.
    • Importancia: Niveles elevados (incluso dentro del rango «normal» pero en el tercil superior) son un potente predictor independiente de riesgo cardiovascular y metabólico.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre estándar.
  • Velocidad de Sedimentación Globular (VSG):
    • ¿Qué es? Mide la velocidad a la que los glóbulos rojos se asientan en un tubo de ensayo en una hora. Una VSG elevada indica la presencia de proteínas de fase aguda, reflejando inflamación.
    • Importancia: Un indicador general de inflamación, útil para la monitorización de enfermedades inflamatorias crónicas.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre estándar.
  • Fibrinógeno:
    • ¿Qué es? Una proteína plasmática implicada en la coagulación sanguínea y un reactante de fase aguda.
    • Importancia: Niveles elevados se asocian con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares al promover la trombosis y la inflamación.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre estándar.
  • Homocisteína:
    • ¿Qué es? Un aminoácido metabolizado por vitaminas del grupo B.
    • Importancia: Niveles elevados son un marcador de inflamación y daño endotelial, aumentando el riesgo cardiovascular y neurodegenerativo.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre estándar. Requiere evaluar también los niveles de folato, B6 y B12.
  • Interleucina-6 (IL-6):
    • ¿Qué es? Una citoquina proinflamatoria clave, producida por diversas células en respuesta a la inflamación y el daño tisular.
    • Importancia: Un marcador más sensible y específico de inflamación aguda y crónica que la PCR-hs en ciertos contextos. Sus niveles pueden elevarse antes que otros marcadores.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre especializado.
  • Factor de Necrosis Tumoral Alfa (TNF-α):
    • ¿Qué es? Otra citoquina proinflamatoria fundamental en la respuesta inmune, pero que, en exceso, contribuye a la ISBG y la patogénesis de ECNT.
    • Importancia: Implicado en la resistencia a la insulina, el daño endotelial y la neuroinflamación.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre especializado.
  • Adiponectina y Leptina:
    • ¿Qué son? Hormonas producidas por el tejido adiposo que influyen en el metabolismo y la inflamación. La adiponectina es antiinflamatoria, mientras que la leptina (especialmente en resistencia a la leptina) puede ser proinflamatoria.
    • Importancia: Sus desequilibrios reflejan inflamación asociada a la obesidad y el síndrome metabólico.
    • Cómo estudiarlo: Análisis de sangre.
  • Marcadores de Estrés Oxidativo (Ej. Malondialdehído – MDA, 8-oxo-dG):
    • ¿Qué son? Indicadores de daño molecular causado por especies reactivas de oxígeno, íntimamente ligado a la inflamación.
    • Importancia: Revelan el daño celular subyacente que perpetúa la ISBG.
    • Cómo estudiarlo: Análisis en sangre u orina, a menudo más especializados.

Estrategias para la Modulación de la Inflamación: Un Enfoque Integrativo

Una vez identificados los biomarcadores alterados, la Salud de Precisión nos permite diseñar intervenciones específicas:

Medidas No Farmacológicas: La Base Indispensable
  • Nutrición Antiinflamatoria: La piedra angular. Dieta mediterránea, rica en ácidos grasos Omega-3 (pescado azul, semillas de chía, lino), antioxidantes (frutas y verduras de colores intensos), fibra (granos integrales, legumbres) y polifenoles (aceite de oliva virgen extra, té verde, cacao). Reducir drásticamente azúcares refinados, grasas trans, alimentos ultraprocesados y carnes rojas procesadas.
  • Ejercicio Físico Regular: Modula la respuesta inmune, reduce el tejido adiposo visceral (fuente de citoquinas proinflamatorias) y mejora la sensibilidad a la insulina.
  • Gestión del Estrés: El estrés crónico eleva el cortisol y citoquinas proinflamatorias. Prácticas como mindfulness, yoga, meditación o técnicas de respiración son cruciales.
  • Sueño de Calidad: La privación del sueño es un potente inductor de inflamación. Priorizar 7-9 horas de sueño reparador es no negociable.
  • Salud Intestinal (Microbiota): Un desequilibrio en la microbiota intestinal (disbiosis) es un motor de ISBG. El consumo de prebióticos (fibra) y probióticos específicos, junto con la eliminación de agentes irritantes, es vital.
Nutracéuticos: Apoyo Basado en la Evidencia

En casos donde la dieta y el estilo de vida no son suficientes, y siempre bajo supervisión médica, los nutracéuticos pueden ser valiosos:

  • Ácidos Grasos Omega-3 (EPA/DHA): Potentes antiinflamatorios, modulan las vías de señalización y la producción de citoquinas.
  • Curcumina: El principio activo de la cúrcuma, con potente acción antiinflamatoria y antioxidante. Requiere formulaciones de alta biodisponibilidad.
  • Quercetina: Un flavonoide con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, especialmente relevante para la salud vascular y alérgica.
  • Vitamina D: Su deficiencia se asocia con un mayor riesgo de inflamación e infecciones. Juega un papel inmunomodulador.
  • Resveratrol: Polifenol encontrado en uvas rojas, con efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
  • Magnesio: Co-factor en cientos de reacciones enzimáticas, con propiedades antiinflamatorias indirectas y mejorando la sensibilidad a la insulina.
Fármacos: Cuando la Intervención es Imprescindible

En situaciones donde la ISBG es severa o contribuye directamente a una patología ya establecida, la farmacoterapia puede ser necesaria. Esto puede incluir:

  • Estatinas: Más allá de su efecto sobre el colesterol, tienen propiedades pleiotrópicas antiinflamatorias, Mª’s debemos recordar el impacto que tiene sobre la salud mitocondrial y la decisión de su uso debe ser valorada objetivamente de cara a no afectar nuestras mitocondrias, aquí el aporte de Q10 puede ser objetivo.
  • Metformina: En la resistencia a la insulina, reduce la inflamación asociada.
  • Fármacos dirigidos a citoquinas: En enfermedades autoinmunes específicas, los tratamientos biológicos que bloquean IL-6, TNF-α, etc., son altamente efectivos.
  • Monitorización Continua: El Secreto del Éxito a Largo Plazo. La monitorización no es un evento único, sino un proceso dinámico.
  • Frecuencia inicial: Tras una primera evaluación y el inicio de las intervenciones, una reevaluación de los biomarcadores inflamatorios cada 3 a 6 meses es ideal para determinar la respuesta al tratamiento y ajustar las estrategias.
  • Mantenimiento: Una vez que los marcadores están optimizados y estables, la monitorización puede espaciarse a anual o bienal, dependiendo del perfil de riesgo individual del paciente.

Conclusión: Un Llamado a la Acción desde la Salud de Precisión

La inflamación sistémica de bajo grado no es una fatalidad; es una condición modulable. Como Presidente de SESAP y Director Médico de Clínica Cellmedik y EECSP, reafirmo nuestra convicción de que la implementación sistemática del estudio de biomarcadores de inflamación, combinado con estrategias de Salud de Precisión personalizadas (nutricionales, de estilo de vida, nutracéuticas y, si es necesario, farmacológicas), es el camino más efectivo para prevenir, revertir y gestionar las ECNT.

Es nuestro deber profesional y ético ofrecer a nuestros pacientes las herramientas más avanzadas para que no solo vivan más tiempo, sino que vivan mejor, libres del yugo silencioso de la inflamación.

Atentamente,

Dr. Cubrías

Presidente de SESAP

Director Médico de Clínica Cellmedik y EECSP